En diciembre de 1971 se celebró en Barakaldo “ I Exposición de Arte Vasco” conocida como “La Indiscriminada” reuniendo a más de doscientos artistas, constituyendo tanto por el volumen y las propuestas artísticas representadas, como por el contexto en el que se daba la muestra, un gran salto adelante que supuso la entrada en la época más dorada del arte vasco y cuya repercusión ha llegado hasta nuestros días.
Eran tiempos de cambio, en los cuales la dictadura era incapaz de mantener el status quo artístico y la sociedad demandaba nuevas formas de creación, en mayo del siguiente año se celebró en Tolosa la exposición “Arte Vasco actual” y a finales de junio en Iruña los famosos “Encuentros de Pamplona de 1972”, que hizo temblar los cimientos del arte y la cultura establecidos, convirtiendo a Pamplona en el centro universal de la cultura por unos días. En menos de un año el arte vasco se había presentado a la sociedad y enlazaba con las vanguardias y movimientos artísticos del momento.
Dentro de “La Indiscriminada” 32 escultores hacían de manera inconsciente la presentación de lo que sería la escultura vasca de la segunda mitad del siglo XX, renovando completamente el panorama existente, logrando una presencia e influencia en la sociedad sorprendente y consiguiendo por primera vez visualizar nuestra presencia internacional en el mundo del arte. Chillida adquirió gran prestigio y presencia internacional, Oteiza dirigió la nave artística del país, un gran número de artistas florecieron en lo que ha sido la generación más importante del arte vasco, Remigio Mendiburu, Agustín Ibarrola, Vicente Larrea y Nestor Basterretxea cambiaron completamente el panorama artístico del país, detrás de ellos un grupo más joven siguió sus pasos, renovando y haciendo crecer al arte vasco, Ricardo Ugarte, Faustino Aizkorbe, Mikel Lertxundi, Anton Mendizabal, Andrés Nagel, Aitor de Mendizabal, Iñaki Ruiz de Egino, José Ramón Anda y muchos otros completaron la labor iniciada en los años 60.
Conmemorando el 50 aniversario de “La Indiscriminada” hemos realizado la exposición “Bigarrena”, en la cual se encuentran representados 74 escultores, de varias generaciones con visiones artísticas diferenciadas, abordando todo tipo de materiales desde múltiples técnicas, que convierten a “Bigarrena” en una muestra en la que la diversidad es una de sus virtudes y seña de identidad. La herencia de la escultura vasca del pasado siglo está presente, tanto por la presencia de los artistas de aquella época todavía en activo, como por el poso visible en ciertos artistas jóvenes, pero el discurso mayoritario se inclina a explorar nuevos caminos, más acordes con los tiempos actuales, nuevas vibraciones que presagian un futuro prometedor para la escultura vasca. Otro aspecto reseñable es la creciente presencia femenina en la escultura vasca, en esta muestra participan quince escultoras, suponen un todavía escaso 20% de participación, pero que indica un progresivo avance de la mujer en este sector reservado exclusivamente para el género masculino hasta hace poco tiempo.
La muestra ha sido organizada por la asociación Azken Muga, organización que en los últimos años está dinamizando el mundo de la escultura, con diversos eventos y exposiciones, creando actividad y relación entre los artistas y los diferentes estamentos en los que se mueve el sector.
Todas las fotos de las obras son ©Karen Amaia