Veo el mundo en volumen. Y la escultura es la forma de expresión que me permite satisfacer mi impulso creativo. Estoy afincado desde hace 30 años en el Valle de Mena, lo que me ha posibilitado disfrutar en la naturaleza y usarla como fuente de inspiración en mi expresión artística.
Aunque algunas obras son figurativas, es en la abstracción donde me siento más feliz. Me atraen mucho las formas orgánicas, y también las geométricas, en las que pretendo transmitir la fuerza y armonía que tanto me apasionan.
En muchas de mis obras se produce una complementariedad entre formas y materiales que me resulta tremendamente atractiva. Utilizo la madera (roble viejo, olivo, elondo y chopo, incluso traviesas de tren) y también piedra, últimamente experimento con hierro y barro.