La naturaleza ha sido y es mi guía. Observé que en ella nada ocurre por azar, que todo tiene su lugar, tiempo y espacio. Y que toda vida depende del equilibrio. Esa toma de conciencia me llevó a unir los tres materiales básicos de la tierra (piedra, madera, hierro) a los que sumo, en ocasiones, los tres elementos espaciales (agua, aire, fuego).

La búsqueda del equilibrio es la constante; es el eje de mi trabajo. Para ello, en mis obras hay una ordenada y proporcionada unión de diferentes materiales, a veces ensamblados en un bloque y otras veces sólo agrupados. Cuido que cada material mantenga su identidad aportando lo mejor de sí al conjunto. Juego con sus temperaturas, colores y texturas.

Trabajo formas geométricas porque quiero formas limpias y rotundas, libres de adornos, que nos ayuden a llegar hasta la esencia del material, a la esencia de la naturaleza que es la nuestra también. Para mí la forma es el camino; la armonía y la poesía son la meta.